Como Palomas Mensajeras

Las palomas mensajeras son una variedad de paloma con una asombrosa inteligencia y docilidad. Desde la antigüedad se las utilizaba como medio de comunicación. Eran adiestradas para que vuelen largas distancias llevando algún tipo de mensaje, denominado columbogramas, y posteriormente vuelvan a su palomar. Estos mensajes se los sujetaba en una pata.  A esta actividad se la conoce como Colombofilia (del latín columba, paloma y del griego  φιλία,filia).

Además de ser un medio de comunicación, también tienen varias connotaciones y significados simbólicos, como es la sencillez, inocencia, paz o armonía. Son signo del fiel mensajero, del amigo leal. Simboliza a la esposa segura y fiel, que guarda los secretos y cuida de sus hijos.

La paloma blanca es signo de la fe religiosa, del Espíritu Santo, la verde es temor de Dios, la negra es el símbolo de altas jerarquías entre hombres y mujeres.

En otros ámbitos, como por ejemplo, se califica a los políticos que defienden soluciones pacíficas a los problemas de palomas a diferencia que los que abogan por una actuación agresiva de halcones. 

En definitiva son aves hermosas que las encontramos en diferentes lugares de nuestra hermosa y pujante ciudad como es Guayaquil, en los parques donde son atracción de adultos y niños, en plazas, en las calles de los barrios como el nuestro y también en los tejados de los domicilios de muchos donde lastimosamente se convierten en ocasiones en una molestia, debido a que sus heces fecales contienen sales que deterioran sus superficies y en los peores de los casos pueden ser un riesgo para la salud, pues transmiten histoplasmosis, criptococosis, y psitacosis al entrar en contacto con las mismas.

Un día muy especial, a temprana hora, ataviado cual galeno como integrante observador de un selecto equipo de profesionales de la medicina, con el carácter suficiente, desenvoltura natural muy bien disimulaba detrás de mi vestimenta, ubicado estratégicamente en una habitación donde se salvan vidas o vidas se salvan de seguir padeciendo algún mal, presencie el momento sublime para el cual la mujer quizás se haya preparado durante toda su vida.

Con una sudoración imperceptible, con los sentidos agudizados, rodeado de equipos y de personas casi irreconocibles, fue levantada y expuesta cual ritual ante sus progenitores, una criatura humedecida aun de los fluidos que la preservaron durante sus casi nueve meses de gestación.

Sin estar infiltrado ni bajo ningún efecto anestésico, recorrió una sensación adormecedora por mi sistema nervioso pero que rápidamente fue interrumpido por la primera manifestación de vitalidad de mi hija en respuesta al contacto con su nuevo entorno. Entorno aun protegido y esterilizado, sin peligros inminentes bajo la mirada constante de quien cuida un tesoro, muy diferente del que conocemos, nos desenvolvemos y estamos expuestos diariamente.


Comprendí en ese instante lo descrito por Jesús Adrián Romero en una de sus canciones, que me permito transcribir "...son como  palomas mensajeras que el Señor mandó del cielo para hablarme de su amor...". Que bendición el nacimiento de nuestras dos hijas pero así mismo que gran responsabilidad nos fue encomendada, responsabilidad anhelada y esperada.

Pareciera que fue ayer, aquel momento que por primera vez las acogiera entre mis brazos con temor por su fragilidad y mi inexperiencia de padre primerizo. Envuelta en delicadas prendas cubriendo sus cuerpecitos. Ya son algunos años desde aquel momento sublime que compartimos con mi esposa, mi compañera de vida o hasta cuando Dios me de vida para acompañarla. 


Como palomas mensajeras nos recuerdan, que al igual que ellas fuimos nosotros tiempo atrás. Sus risas, sus llantos, las constantes preguntas, sus primeros cuestionamientos, dándonos la oportunidad de corregir o prevenir algunos de nuestros errores. Por situaciones similares pasaron nuestros progenitores, los mismos que con mucho amor y paciencia velaron por todas nuestras necesidades, las que estuvieron a su alcance y no dudo que en ocasiones inclusive sin estarlo.

Comparto con ellas el tiempo que dispongo y que me permito, aprendiendo conjuntamente de estas nuevas experiencias, a su vez transmitiendo las recordadas por nosotros y también porque no decirlo, las que hubiéramos querido vivir.

Como palomas mensajeras van revoloteando con inocencia y con alegría, pero regresando siempre a su palomar, hasta cuando llegue el momento de su partida, como es la ley de la vida. 

Como palomas mensajeras llegaron a nuestras vidas, recordándonos el inmenso amor que nuestro creador nos tuvo. Gracias.

Disfrutamos de verlas correr, jugar, plasmar sus primeras manifestaciones de arte en las paredes de nuestra casa o sobre cualquier superficie a la que tengan alcance, claro indicativo de su creatividad y desarrollo psicomotriz. Las vemos apreciar la libertad de los espacios abiertos, de la vegetación circundante y por supuesto de la curiosidad por todo ser viviente, como son las palomas.


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